
Hay poetas para quienes la poesía es una cuestión estética, y otros para quienes es una cuestión vital. Ungaretti es de estos últimos. Sus palabras no son dichas en un mundo mental, súper o subconsciente sino en el verdadero mundo real, en su luz o entre sus sombras; y brotan de una libertad que no es la ilusoria de lo gratuito, sino la verdadera que se ejerce frente a la imperiosa realidad... Los versos de Ungaretti nos hacen asistir a esa gana con que el poeta bebe vida y realidad con decidido gusto... En ellos, la expresión compromete el centro mismo de la vida de un hombre, es su respiración oída a la proximidad máxima, y da a esa vida la egregia realidad que sólo tiene la que se expresa en plenitud. -Tomás Segovia